Casa señorial andaluza con 12 patios y un jardín. Viana se halla a mitad de camino entre Santa Marina de las Aguas Claras, San Lorenzo y San Andrés tres de las más bellas iglesias fernandinas de Córdoba.
El palacio tuvo 18 propietarios desde el siglo XV y de uno de sus primeros moradores recibió el nombre de palacio de las Rejas de Don Gome. Es Monumento Histórico Artístico desde 1981 y Jardín Histórico Artístico desde 1983. En un poema de Vicente Núñez titulado Meditación en Viana y que dice así: Todo cuanto es memoria o lejanía / -añicos de la luz y la palabra- /conversa aquí, en la estricta / y noble certidumbre de este patio, / donde el rosal y la palmera acatan / el patrimonio y vuelo de los arcos.
Vicente Núñez fue un poeta nacido en Aguilar de la Frontera. Murió en 2002 y formó parte del grupo poético Cántico en el que también militó Pablo García Baena, que tiene otro azulejo en otro patio del palacio.
Los 12 patios son el reflejo de 12 estados de ánimo. Ahora al palacio lo han ordenado de otro modo, le han puesto una tiendecita a la entrada donde hay algunos libros de interés y objetos de souvenir.
El patio del Recibo; El patio de los Gatos, patio popular y de servicio, al lado de las cocinas, según cuentan el patio de vecinos más antiguo, a su salida un pozo con un brocal árabe y una ventanita desde donde se divisa la profundidad que establecen el patio de los Naranjos y el patio de las Rejas, uno al lado del otro; El primero es un trasunto de los patios hispanoárabes;
El patio de las Rejas mira a la calle con una pequeña fuente en el centro y alrededor de ella germinan la bergamota, la centaurea y la cineraria; El patio de la Madama es del XVIII, clásico, muy íntimo y bajo el ciprés una escultura femenina derrama el agua a una fuente.
Al lado están el patio de Columnas, con una fuentecilla que nos recuerda al Generalife, y el Jardín, un espacio diáfano, soleado y abierto a las medianeras que separan el palacio de la estrecha calle del Zarco. El Jardín fue un deseo del séptimo marqués de Villaseca que quiso imitar la moda desatada a principios del XIX de dotar a su residencia de un lugar de paseo. Hay en el jardín una encina con más de 400 años, plantas de boj, lirios y hasta un cenador grutesco cubierto por una abigarrada hiedra.
Los patios del Pozo y de los Jardineros nos conducen a un pasillo que desemboca en el patio de la Capilla, uno de los más valiosos por la pequeña iglesia que tiene al lado y las piezas arqueológicas, en su mayoría romanas, expuestas en los lados de la galería porticada.
El último de los patios, del Archivo y es el más escondido de los 12, de un barroco contenido y sobrio.
Los versos del poema de Vicente Núñez terminan así: Nada es ya igual al tiempo / en que el amor obtuvo sus botones / de púrpura y, no obstante, / todo el recinto palaciego apuesta / al riesgo del amante que es devuelto / a la proeza y magia de sus días.
Información resumida de Ocholeguas.
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